Buscando datos sobre el batallón de Pontevedra que refiere mi abuelo en sus memorias, y que ocupaba el Alto del León en los inicios de la guerra civil española, he encontrado otro tesoro histórico. Esta vez ha sido en las páginas de La Voz, en su crónica del frente de Guadarrama el 27 de julio de 1936.
Restos de trincheras / M.L. |
El relato, con ese aire de gesta tan de periodismo de principios de siglo, narra la deserción de un soldado del Ligero de Artillería de Valladolid que se pasó al bando republicano. Lo firma un tal "José Luis Moreno", enviado especial al Alto del León. Desconozco cómo habría logrado el periodista coronar esta cumbre, teniendo en cuenta que era un polvorín que estuvo en esos últimos días de julio en manos de los republicanos y de los nacionales, pero con más predominancia de estos segundos.
El redactor cuenta que subió a la Sierra sin más obstáculo que los puestos donde estaban destacados algunos milicianos que les pedían la consigna. Precisamente ese día 26 de julio fue cuando mi abuelo consiguió subir desde el antiguo Sanatorio de Tablada hasta la Casilla de la Muerte, en una camioneta con un conductor y otro militar de Sanidad, pero ambos acabaron tiroteados en la cuneta, el vehículo volcado y mi abuelo salvó la vida milagrosamente al rodar ladera abajo.
El periódico cuenta que esa tarde una columna mandada por un comandante "estableció contacto en plena sierra con los rebeldes. Aseguran que, peleando a unos veinte metros de distancia de los traidores, les intimaron en nombre del gobierno de la República a que se rindieran (...) la respuesta fue una franca huída".
El relato recoge a un ejército nacional desanimado y cuya aviación tiraba octavillas desde una avioneta negra indicando que la columna de Mola avanzaba y su llegada era inminente.
Aspecto actual del Alto del León |
El periodista entrevista a un soldado de nombre Ricardo Gómez Esteban que afirma ser de la columna facciosa y que vino desde Valladolid. Este hombre afirma algo que me llamó bastante la atención, pues indica que el 23-24 de julio tropas de Salamanca y Plasencia partieron hacia Guadarrama. El sábado 25 de julio llegaron al Alto del León y comenzó el bombardeo. En esos días mi abuelo narra que los disparos eran constantes, de hecho, él fue condecorado por subir a la azotea del hospital Hispanoamericano y poner una bandera blanca con una cruz atada al pararrayos, acto en el que resultó herido pero le valió un ascenso.
En esos días la crónica narra que sigue el avance de los republicanos dirigidos por el general Riquelme, con apoyo de la aviación, logrando avanzar y que los nacionales abandonen varias de sus posiciones. Se citan en concreto los combates desde el entorno de Collado Mediano. Después la crónica se desplaza hacia Somosierra haciendo referencia a la visita al frente de Dolores Ibarruri y Largo Caballero, además de otros diputados socialistas que se unieron a la lucha en la zona.
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