domingo, 12 de julio de 2015

La casa de los Queiruga, en la ficción

En las páginas de "La Casilla de Guadarrama" aparece reflejada como la casa de los Queiruga. Estas cuatro paredes merecían una historia, aunque fuera de ficción y así lo reflejamos página a página dotando de varias dosis de misterio e intriga al asunto.

¿Quién la construyó? ¿Cuándo? ¿Quién ha vivido allí durante años? ¿Quién abre y cierra esa puerta cada día? La realidad la sabéis quienes vivís en la zona, yo me limité a incorporarla en la novela y, recientemente, y aprovechando el paso de una serie de indianos también "ficticios" por la zona, a retratarlos, con su amable colaboración. Formaban parte del grupo de los miles de ribadenses que participaron en esta espectacular edición del Ribadeo Indiano.

Las casas guardan historias, algunas de ellas son apasionantes y otras terribles. A nosotros nos gustan todas ellas, y a vosotros, ¿os gustan las historias?


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viernes, 10 de julio de 2015

Presentación de la novela en cincuenta segundos

La autora de la novela "La Casilla de Guadarrama" te presenta aquí la novela en 50 segundos. Cómo nace la historia, cómo está planteada y el por qué de su título.


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lunes, 6 de julio de 2015

Oporto literario en las páginas de "La Casilla de Guadarrama"

Oporto es una ciudad literaria de por sí. No sólo porque en ella se capta la esencia de la tradición, de la cultura, de la gente, sino también por la antiguedad y presencia de librerías míticas como "Lello e Irmao". 

Está en la rúa de Carmelitas, enmarcada por edificios de azulejo de diferentes colores. Entrar en ella es directamente soñar despierta, para quienes amamos los libros alineados en grandes estanterías. Aquí el valor de cada uno de los volúmenes se suma al de la antigua estantería con escalera integrada, que es ya un museo de por sí. 

En las páginas de "La Casilla de Guadarrama" se integra este templo del libro con gran naturalidad. Qué mejor lugar para investigar una pista literaria que esta "livraría". Pero también las calles de Oporto, estrechas y adoquinadas, los tranvías ascendiendo entre chirridos y el ambiente húmedo de la rivera. 

Las noches, tienen allí sonido de fado y sabor a bacalhau, y la vista se recrea con la ensalada de luces de la ciudad desde la Sierra del Pilar o cualquier punto de Vila Nova de Gaia. Por Oporto se pasea saboreando, y así lo hacen los protagonistas de nuestra novela para resolver un capítulo fundamental del enigma en que se ven inmersos en su historia. Nuestra historia.


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jueves, 2 de julio de 2015

La Sierra de Guadarrama en los primeros días de la guerra civil española


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A veces la vida o la muerte es cuestión de segundos y de puro azar, según dónde te encuentres y las circunstancias a las que te enfrentes. Así eran los tiempos de la guerra civil española. A raíz de las investigaciones para la novela "La Casilla de Guadarrama", comprobé por los papeles que dejó mi abuelo sobre los primeros días de la guerra en la sierra que era una zona verdaderamente peligrosa.

Según su relato, camiones y autobuses de milicianos subían cada mañana cantando himnos para posicionarse en los diferentes frentes y defender este estratégico punto de entrada a la capital. Los nacionales o sublevados habían tomado posiciones en el Alto del León y alrededores, con tropas venidas de diferentes puntos de Castilla o Galicia. La nacional VI tenía puntos negros bastante definidos en la salida del pueblo de Guadarrama, en la recta, y en el inicio del ascenso hacia Tablada. Precisamente en este último ametrallaron la camioneta en la que subía mi abuelo con otros dos compañeros que resultaron muertos. Él se salvó milagrosamente al volcar el vehículo y caer rondado hasta el arcén. Cuando se asomó, sus compañeros yacían muertos. 

Leyendo la hemeroteca de la época, me llamó la atención una entrevista del "Camarada Juan Sande", publicada en el diario "El Sol" del 23 de noviembre de 1937, el diario del Partido Comunista. Según cuenta este oficial de marina, el 20 de julio del 36 fue al frente de Guadarrama como enlace del gobierno. La entrevista recoge cómo en este tramo de carretera "estallaban los obuses y llovían las balas con auténtica furia fascista". El militar sigue narrando cómo entonces "una ráfaga de plomo alcanzó el auto en el que viajaba el coronel Puig", el coche volcó y permaneció tres horas tumbado frente al sanatorio Hispano Americano. En esta misma entrevista Sande relata cómo los republicanos tenían un "hospital de sangre" en la vieja caseta de camineros de la curva de Tablada. Precisamente, en la casilla de Guadarrama, que da título a la novela.

martes, 30 de junio de 2015

Publicada una novela sobre las memorias inéditas de un cabo sanitario en la guerra civil española

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Enlace a la fuente original: Anisalud

Martes, 30 de Junio de 2015
Bm Contenidos
La acción arranca en Ribadeo y se desarrolla por la sierra de Guadarrama, Oporto, Venecia, Dublín y Zug
Una historia familiar a partir de unas viejas memorias escritas a máquina es un buen punto de partida para una novela en la que los misterios, los hallazgos y la intriga son el ingrediente principal. Así nace La Casilla de Guadarrama, de la fascinación por acontecimientos históricos vividos en el contexto de la guerra civil española.




Cuando tenía solo quince años, la autora escuchó narrar la guerra civil a su abuelo, que la había vivido en primera persona, en el frente, en los alrededores de Madrid. Después, la familia fue depositaria de unas memorias que César Díaz Echevarría tuvo la visión de dejar por escrito con todo detalle. No solo su historia sino la de su hermano Manolo, en los años anteriores al estallido de la contienda. Dos jóvenes de Ribadeo que se habían ido a la capital a buscarse un porvenir, y los posteriores sucesos con que culminan sus vidas. La novela toma estos acontecimientos como punto de partida, y los transcribe con asombro, “porque la guerra civil todos la hemos estudiado, pero lo que se puede leer en esas memorias no está escrito en ningún libro”, comenta la autora.
La casilla
Tras leer las memorias, la autora comenzó una investigación que le llevó a dar con el lugar concreto donde transcurren aquellos terribles sucesos. En la curva de Tablada, antes de llegar al Alto del León, había una caseta de camineros donde se montó, en los primeros días de la guerra civil, un puesto de socorro. Hay varias referencias a ella en la prensa de la época, porque era una curva muy pronunciada y con muchos accidentes, y también en una entrevista del diario El Sol, año 37, donde se cita la casilla como “Hospital de sangre” en el frente.
“Tras recorrer una y otra vez la zona con el Street View, descubrí con asombro una caseta que respondía perfectamente a la descripción. ¿Es posible que lleve en pie cien años?”, se pregunta la autora. “Estuve allí, pude tocarla y ver lo que parecían agujeros de bala, entendí el fuego cruzado en el que estaba aquel puesto, a tiro de ambos bandos, exactamente como lo contaba mi abuelo”, así describe Carmen Delia Díaz, la autora, su encuentro con aquel monumento histórico que yace abandonado en el arcén de la carretera nacional VI.
La novela está a la venta desde el 5 de junio en librerías, en Amazon y en el blog, donde además se pueden leer contenidos adicionales e intercambiar impresiones. También se ha creado una página en Facebook para pedir un centro de interpretación de la guerra civil en aquella vieja caseta y un perfil en tuiter que va publicando novedades sobre la investigación, aún por concluir, y la historia.
Blog: http://casillaguadarrama.blogspot.com.es
Facebook/CasillaGuadarrama
Tuiter: @casiguadarrama

domingo, 28 de junio de 2015

Los accidentes de tráfico en la "casilla de la muerte"

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Después de leer los trágicos acontecimientos sucedidos durante la guerra civil en la casilla de camineros de la curva de Tablada creía que la denominación de "la casilla de la muerte" se debía a éstos. Tanto a los muertos y heridos que pasaron por ella cuando era puesto de socorro, ubicada entre dos frentes: los tomillares (republicano) y el Alto del León (nacional) como al asesinato allí de diversas personas a lo largo de la guerra. 

También las crónicas sobre el fusilamiento en este punto kilométrico del presidente del Fútbol Club Barcelona Josep Sunyol, el 6 de agosto de 1936, hacen referencia a la "casilla de la muerte" y justifican el nombre en las personas allí fallecidas en los días anteriores. 

Pero lo cierto es que en la prensa de los años 20 y 30 ya se denomina a esta casilla "de la muerte", y no es por la guerra que aún no había tenido lugar, sino por la pronunciada curva en la que se encuentra. Al parecer eran constantes los accidentes contra esta edificación, al quedarse sin frenos o fallar estos a las camionetas o autobuses, los propios conductores comenzaron a llamarle así.  Por ejemplo, el Heraldo de Madrid del 25 de julio del 27, relata cómo doce personas a bordo de una camioneta se estrellan en este punto y cinco de ellas fallecen en el acto, resultando heridas de gravedad el resto de los ocupantes.

El peor día de la guerra civil española

Así lo califica mi abuelo en las memorias que dejó escritas y así se recoge en las páginas de La Casilla de Guadarrama. El día 30 de julio nuestro narrador en segunda persona estaba destacado en la caseta de camineros de la curva de Tablada, las memorias relatan una jornada calificada como “el peor día de la guerra”, desde el punto de vista de alguien que estuvo los tres años de la guerra en diversos frentes de combate. Díaz Echevarría comenta cómo en los días anteriores habían pasado por allí unos 400 heridos y muertos. Más de cien en una sola jornada bajo un intenso tiroteo desde arriba, desde el bando fascista, mientras desde el muro de la carretera, un poco más abajo, respondía el bando contrario. En ese momento los heridos atendidos en el puesto ya eran de ambos bandos, entre un ambiente de confusión total.

César Díaz tenía 21 años cuando estalló la guerra, asaltaron el cuartel de los Docks donde estaba destinado. Tras enterarse de que las tropas habían sido licenciadas, en los primeros días de la guerra civil (17-18 de julio), comienza un periplo por toda la sierra madrileña en donde es destinado primero, en el antiguo sanatorio Hispanoamericano, después pasa por el Sanatorio de Tablada y posteriormente permanece varias semanas en la denominada “Casilla de la muerte” en un improvisado puesto de socorro. 

Este militar fue ascendido a Sargento según se recoge en el D.O. del Ministerio de la Guerra del 22 de octubre del 36, por su participación en la colocación de una bandera blanca con una cruz roja en la azotea del sanatorio conocido como Hispano-americano el 24 de julio del 36, durante un intenso bombardeo aéreo, y en el que resultó herido leve.

Las referencias a lugares y personas sobre el terreno son constantes, pero lo más estremecedor del relato son la larga serie de heridos y fallecidos que por allí pasan. Por aquella vieja caseta llena de desconchones en un arcén de Guadarrama, y donde deberíamos honrar la memoria de nuestros antepasados en lugar de tirar escombro.

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