lunes, 25 de diciembre de 2017

De San Fulgencio a Francia: la vendimia a principios del siglo XX

La historia de muchos de los vinos de la denominación de origen Languedoc-Rosellón a principios del siglo XX se escribe con letra española, al menos en parte. Rebuscando en los tesoros documentales familiares mi padre encontró dos permisos de trabajo de los bisabuelos: Encarna y Salvador. Por estos viejos documentos y también por la memoria histórica de mi tío Paco, hemos sabido que ambos viajaron a vendimiar a varias poblaciones francesas entre 1917 y 1923. Como seguramente no fueron los únicos alicantinos que hicieron este largo viaje, y pocos datos hemos podido rastrear por internet, me he decidido a compartir estas vivencias familiares.

El ayuntamiento actual de San Fulgencio y la Iglesia

San Fulgencio, villa de agricultores

El origen de toda esta historia está en San Fulgencio, de donde eran ambos jóvenes. Esta pequeña localidad alicantina es hoy bastante turística debido a las urbanizaciones que han ido llenando la costa mediterránea en la zona de La Marina. Estos días tuve la oportunidad de viajar a conocer este enclave, que tiene el título de Real Villa, y por su estructura pensé enseguida que era una población de colonos, pues me recordó mucho a otras que conozco como La Santa Espina en Valladolid.

Efectivamente San Fulgencio tiene una historia reciente, su fundación se produjo en 1729 y la población que allí asentó procedía de la huerta murciana. Quizá sea por eso que el apellido Aledo, que habíamos visto en algún rincón de Murcia, por ejemplo en una localidad así denominada, acabó también desperdigándose por esta zona de Alicante. El primer apellido de la abuela era precisamente ese: Aledo, y se ha mantenido en muchos primos y familiares de la zona.

Los antecedentes familiares de mi bisabuela estaban además diseminados por diversas poblaciones de la zona como Formentera del Segura, Payá y Rojales. La bisabuela Encarna nació en la calle del horno, hoy Cardenal Belluga. A día de hoy aún pueden verse algunas casas antiguas con estructura de planta baja y un piso, solían tener un patio detrás.


Domaine de Mongondal (Arzens)

Temporeros de la uva en Francia

Quizá esos conocimientos agrícolas sirvieron de base a mis bisabuelos cuando con apenas 20 años se embarcaron en la aventura de ir a trabajar a la vendimia a Francia. Un viaje como este a principios de siglo era una auténtica aventura, y tengo aún mil preguntas sin responder sobre cómo lo realizaron, en que condiciones vivían, o por qué volvieron y no hicieron su vida allí como tantos emigrantes de la época. Al fin y al cabo en los primeros años del siglo XX fueron una etapa convulsa y no pocos españoles optaron por buscar la fortuna fuera. Es el caso de la emigración gallega a diferentes países de Sudamérica en la última década del siglo XIX y las primeras del siglo XX.

Salvador Aledo, nacido en 1894, y Encarnación Ferrández, nacida en 1899, partieron para Francia por primera vez en 1917, según consta en sus permisos de residencia y trabajo que aún conservamos. Su primera residencia documentada fue en Arzens, una pequeña localidad al oeste de la turística localidad de Carcassonne. Aquí se casaron, ya que se conocían por ser ambos de San Fulgencio, y la dirección que consta en su certificado de matrimonio es un dominio llamado Mongondal.

Mongondal (Arzens)

Me costó bastante trabajo encontrar este lugar pero al final lo logré. Fue hace unos pocos meses, donde en un viaje a Francia localicé una especie de caserío que responde a esta dirección. Está rodeado de viñedos, a pocos kilómetros de Arzens, y aún se pueden ver lo que parecen antiguos barracones destinados al trabajo agrícola y posiblemente vivienda de los jornaleros. Hoy los ocupan varias viviendas o algunos están abandonados. Hay también una casa principal, rodeada de bosque y habitada aún a día de hoy.

Ginestas y Bizé-Minervois
Antigua estación de tren de Bizé-Minervois, hoy guardería

En torno a 1919, su rastro reaparece en Ginestas, donde trabajaron para Pierre Chiffré. Para entonces viajaron ya con su primera hija, Encarnita, de 9 meses. Los visados que siguen ya son en 1922 trabajando para Camus, y con residencia fijada en Bizé-Minervois. En esta localidad nació mi abuela, Dolores Aledo Ferrández, y allí fue bautizada en la iglesia parroquial de St. Michel de Bizé.

Bizé-Minervois es una localidad más al norte, a la que mis bisabuelos llegaron en tren. Lo primero que hice cuando pude acercarme a visitarla fue buscar la estación de tren, precisamente. No fue fácil porque ya no tiene ese uso, e incluso se han ido quitando las antiguas vías de ferrocarril. Pero lo logré gracias al Google Earth, pues desde el aire se ven perfectamente las cicatrices de las antiguas vías de ferrocarril. La antigua estación de tren está siguiendo precisamente la Rue de la Cave Cooperative, que pasa por una bodega, la única que he encontrado actualmente en el pueblo, y lleva hasta un edificio que aún conserva el nombre de la estación pero hoy se ha rehabilitado como guardería.

La iglesia de St. Michel tiene origen medieval, del siglo X, aún hay unas fotos en las paredes de la iglesia, hoy totalmente reconstruida. De hecho, muchas calles de Bizé conservan cierta estética medieval, un pasadizo por el que puedes atravesar bajo las casas aún está en uso, y también muchas construcciones de siglos posteriores o del siglo XX. Hay una buena colonia de extranjeros -ingleses principalmente- que ha ido comprando o alquilando casas para el verano.

Regreso a Alicante

Después de 1922 o 1923 Salvador y Encarnita ya no volvieron a Francia. El visado de trabajo de esos años lleva un nombre que ya no hemos podido descifrar, pero se trata de diferentes jefes y por tanto otras explotaciones agrícolas. Bizé-Minervois está rodeado de viñedos así que probablemente recogieron uvas en diferentes plantaciones de la zona.

Una imagen de la Plaza del Carmen (Alicante)
De vuelta a Alicante se instalaron en la que sería la casa familiar de la Calle San Rafael, en el barrio de la Santa Cruz, a los pies del Castillo de Santa Bárbara. Esta zona está en pleno casco antiguo, y muy cerca de la Plaza del Carmen, un rincón que pudimos ver en un viaje reciente a Alicante.

Después se trasladaron a la calle del Pozo, donde la abuela asistió a la escuela de una maestra en una casa particular. En esta calle pueden verse aún algunas construcciones de cierta antigüedad. Los bisabuelos no volvieron a tener actividad profesional agrícola, hasta donde sabemos, pero sí como guardamuelles en el caso de mi bisabuelo, actividad que se vio interrumpida por la guerra civil y le llevaría a desempeñar otros trabajos en una panadería.

Hemos contado algunos viajes por estas zonas en:
La ciudadela medieval de Carcassone
Ruta por el País Cátaro



martes, 27 de junio de 2017

Anaquiños da Terra: una sociedad gallega en Madrid

En los años 30 había en Madrid una colonia de gallegos que bromeaba diciendo que la ciudad gallega con más habitantes era precisamente la capital de España. Lo sé porque mi abuelo y de manera especial su hermano, Manuel Díaz Echevarría, participaron activamente en la agrupación, lo contaron y dejaron por escrito y hemos podido rastrearlo en la hemeroteca de la época.

El libro "Tras sus huellas", de Manuel Díaz Aledo, mi padre, recogió además esta historia de la agrupación en los primeros años a través de su memoria y los escritos de mi abuelo, publicando algunas fotografías del coro y de la junta directiva de la entidad.

Gallegos en Madrid

Lo de Anaquiños da Terra o Anaquiños d'a terra, como también hemos visto escrito, fue una auténtica revolución social. Primero nació el coro y luego se fue formando la sociedad, que tenía en 1934 unos 500 socios. Se presentó por primera vez ante el público en diciembre de 1931, fue en el teatro Español, en la Plaza de Santa Ana. Así lo recoge el ABC del día 29 de diciembre, indicando además que a pesar de ser de creación reciente se le presuponen muchos triunfos por el éxito obtenido hasta la fecha.

La reseña hace referencia a la numerosa colonia gallega en Madrid y cuenta que en el evento tuvieron cabida los cuentos del literato "Rodríguez de Vicente (Joselín)". Pero también enumera a otras cincuenta voces de ambos sexos, y al presidente de la agrupación, Manuel Castro Gil, así como a su director artístico: D. Eduardo Dorado Xaneiro. El evento terminó con la interpretación del Himno Gallego.

Castelao y Villar Ponte
En 1932 sería el turno de la inauguración del local social, ubicado primero en la calle Tabernillas, 2, luego en la calle Audiencia número 3. Esta segunda ubicación ocupó buen espacio en la prensa de la época, donde lo hemos podido leer en El Heraldo de Madrid y en La Voz. No solo un buen número de simpatizantes y socios sino también diputados y personalidades artísticas y literarias de la época como "Cotarelo, Taboada, Regueiro, Boullón, Villar Ponte, Boullón, De Vicente, Castelao, Souto, Marqués de Leis, Lázaro, Cobián, maestros Villa y Lago, Mariera, Jiménez, Mondria, Peinador, Cuevas, Insua, Regue, Vilariño, Martín Romera, Ibañez, López Sánchez, Pita, etc."

También el periódico El Heraldo de Madrid, recoge que acudieron a la inauguración de la sede social de la entidad más de mil invitados. Y que el centro estaba decorado con cuadros y dibujos de artistas gallegos como Castelao, Lloréns, Cuervo, Ínsua, Ibañez, Carrillo, Reque y Castro Gil. 

Nueva Junta Directiva
En los meses que siguen la prensa recoge una actuación con motivo del Día de Santiago, en  Unión Radio. Pero también una actuación en los talleres de La Libertad, que publica esta noticia el 13 de noviembre de 1932. En ella se señala que dirige la banda el "joven y ya muy reconocido compositor y profesor de la Banda Republicana, Eduardo Dorado Janeiro". También se citan algunos nombres de las jóvenes que participan en la actuación como Carmela Gut(?)rrianer, Saladina Castro, Amalia Álvarez, Teresa Álvarez, Victorina Salgado, Maruja López, Manolita del Sol y Pepita Corbacho.

Idiomas, artes, hogar, conferencias y charlas, además de fiestas infantiles y un buen número de eventos musicales y artísticos. La sociedad alcanza en esta época su apogeo actuando como foco cultural de excepción en la colonia gallega de Madrid. Será en 1933 cuando tome posesión una nueva junta directiva, concretamente el 21 de septiembre, hecho que recoge El Heraldo de Madrid. Está integrada por Arístides Cajide, Antonio Garijo, José del Campo, Antonio Ronquillo, Manuel Díaz Echevarría, David Varela, Juan López Iglesias, Higinio R. del Río, Ángel Quintana, Veiga Pita, Silva Castro, José Vázquez Rodríguez, Cesáreo Palacios, y Dorado como director del coro.

Apogeo y giras internacionales
El año 34 traerá los mayores éxitos de la coral que, siempre según leemos en la prensa de la época, actúa en Lisboa, en el teatro Capitolio, a donde les acompañó el "notable escenógrafo Sr. Souza, de La Coruña". Previamente habían conquistado plazas como el  Círculo de Bellas Artes, el Palacio de la Prensa, el Ateneo o la Casa del Pueblo, y miran ahora a América, donde también hay un buen público esperándoles. 

Después llegarán los conciertos en Estados Unidos, jaleados por la prensa hasta tal punto que leemos "En New York hay quince mil ciudadanos que dicen "good morning" con acento de Compostela". La sociedad actuó en la Exposición Internacional de Chicago, en el Pueblo Español, llevando parte de su repertorio, medio millar de composiciones entre cantos de berce, cantos de malla, cantos celtas, etc. El contrato era de un mes ampliable a los cuatro restantes. Y después posibles actuaciones en Miami, Nueva York y San Francisco. Los miembros del coro viajaban con dietas de la sociedad que ya se autofinanciaba, con aportaciones en esta época de Pita Romero y Abad Conde. 

La última sorpresa para nuestras investigaciones llegó con la reciente salida a Internet de la hemeroteca de La Voz de Galicia, donde encontramos una reseña publicada el 28 de julio de 1934 y firmada por el secretario de la entidad, Manuel Díaz Echevarría. Habíamos recopilado todos sus artículos en El Heraldo de Madrid, principalmente, pero nos faltaba este. En estas líneas habla de la gira por Estados Unidos, de la calidad artística del grupo y aplaude la gestión del entonces presidente. 

La guerra civil
Manolo Díaz Echevarría, secretario de la entidad, barítono del coro y escritor de numerosas escenificaciones, obras teatrales, artículos, etc. falleció el 18 de noviembre de 1936 a consecuencia de la tuberculosis contraida meses antes. La sociedad continuó su andadura y en los primeros meses de la guerra aún leemos algunas cosas en la prensa como su adhesión al gobierno de la república o sus actividades de apoyo al frente.

Esta historia la hemos contado en parte en la novela La Casilla de Guadarrama, inspiradora de este blog y de que nos hayamos dedicado a recuperar estos episodios del pasado que nos son familiares.

Si tienes información sobre cualquiera de las personas que aquí se citan o sobre esta agrupación nos encantará conocerla y te animamos a compartirla en los comentarios de abajo o escribirnos a casillaguadarrama@hotmail.com


miércoles, 5 de abril de 2017

(II) El inicio de la Guerra Civil en A Coruña

Desde el domingo 19 de julio de 1936 y hasta el viernes 24, según se puede deducir de la lectura de las primeras líneas de este último ejemplar de La Voz de Galicia, la publicación del periódico se interrumpe. Las noticias se suceden y se precipitan, el ambiente en las calles es ya de guerra civil, y entendemos que la prensa busca respuestas en los círculos de poder pero la situación no está para hacer declaraciones, así que se dejan pasar unos días y se retoma la edición con los datos recabados. 

Soportales de María Pita / CDD
El titular admite ya la duda respecto a lo que está pasando: Un trágico episodio nacional. Breves apuntes de los trascendentes acontecimientos de cuatro días. Cómo se desarrollaron los graves sucesos de La Coruña. Y el texto comienza puntualizando que solo se contará lo más relevante y en cualquier caso en espera de declaraciones oficiales escritas. A continuación lo que leemos parece ya un párrafo dictado por alguno de los autoproclamados poderes de esos días: El Ejército y la fuerza pública se han comportado con toda lealtad con la patria, secundando un movimiento que, alejado de toda pasión política, desposeído de todo matiz partidista sin alianza con nigún otro elemento, llevase a España a días de paz (...). El lenguaje persuade para justificar el alzamiento, no sabemos si de manera forzosa o siguiendo las corrientes de poder imperantes en la realidad política gallega.

Domingos de paseo y fútbol
En A Coruña el domingo 19 de julio del 36, mientras la radio narraba el levantamiento militar en Marruecos, los coruñeses deciden no renunciar a su tradicional paseo de los días de fiesta. Los Cantones y la Calle Real pueden verse repletos de gente. Pero es más, a las cuatro y media se celebró como estaba previsto el encuentro entre el Celta de Vigo y el Deportivo de La Coruña en Riazor, con gran afluencia de público, y resultando ganador el equipo local por 2 a 1. 

Por la noche, tampoco se vio afectado el espectáculo teatral en el Rosalía de Castro de la compañía Gascó-Granada, en su función de las 19.30 horas. Aunque algunos preocupados por el ambiente y los acontencimientos acudieron en el entreacto a por sus familiares. 

Lateral del Teatro Rosalía / CDD
Primeras barricadas y ambiente de guerra
El Gobierno Civil, que entonces estaba en el edificio del teatro Rosalía, y otros como Correos y Telégrafos, amanecían el lunes 20 de julio con barricadas. Algunos obreros trabajaban y otros no, pero el comercio abrió sus puertas con normalidad a pesar de los acontecimientos, también los bancos. En torno a las doce del mediodía se escucharon sirenas de barcos de pesca que declaraban con sus tres pitidos la huelga general. El ambiente de inseguridad se apoderó de las calles y los negocios fueron cerrando sus puertas. A  las dos de la tarde ya no funcionaba el tranvía. 

La radio local anunció que iba a ser declarado el estado de guerra, y sobre las tres de la tarde comenzaron a oírse disparos. Las tropas de artillería e infantería van hasta María Pita, y allí se lee un bando de Enrique Cánovas de la Cruz, comandante militar, y se procede en las siguientes horas a batir duramente el edificio del Gobierno Civil. Un balcón y una galería quedaron destruidos, y la estación de radio local, Radio Coruña, fue ocupada y empleada para lanzar las primeras órdenes.

Control por mar y cielo
Un torpedero llegado de Ferrol atraca en la ciudad ordenando retirarse a todas las embarcaciones, al tiempo que dos hidroaviones acuden también a dar soporte militar. A las nueve de la noche del lunes 20 de julio el ejército era dueño de la situación desde Linares Rivas y la Calle Caballeros hasta la Ciudad Vieja, asegura La Voz de Galicia

Durante la noche y la madrugada siguió el ambiente bélico y la casa chalet de la Carretera del Espiño, cerca de la fábrica de Senra, perteneciente a Maximiliano Linares Rivas fue saqueada e incendiada. También la antigua iglesia de San Pedro de Mezonzo y el viejo templo de los Redentoristas, los Pacos, fueron pasto de las llamas y del destrozo de muchas de sus imágenes.

viernes, 31 de marzo de 2017

(I) El inicio de la Guerra Civil en A Coruña

Incendios, ráfagas de ametralladora, convulsión política y mucho desconcierto predominan en los primeros días de la guerra civil en la ciudad de A Coruña. Algunos puntos emblemáticos de la ciudad se ocupan y enseguida se van formando bandos mientras la prensa trata de aclarar lo que está pasando en realidad. 

Desde que investigué los acontecimientos de los primeros días de la guerra civil en la sierra de Guadarrama, a partir de las vivencias que narra mi abuelo en sus memorias, me pregunté cómo habrían sido las cosas en esos días en mi ciudad natal, en A Coruña. Acudiendo a la prensa de la época y publicaciones como la de Carlos Fernández: "El Alzamiento de 1936 en Galicia" tenemos acceso a bastante información para hacernos una idea.

La Comandancia Militar de A Coruña / CDD
El 19 de julio de 1936, mientras mi abuelo se jugaba el tipo para llegar hasta Guadarrama en pleno arranque de la guerra, el periódico La Voz de Galicia dedicaba la mitad de su primera página a la noticia titulada Una parte del Ejército de África se ha levantado en armas. El titular llevaba un antetítulo indicando Intento subversivo contra la República y un subtítulo que aclaraba que El Gobierno afirma que dominará la sedición que no fue secundada en la penísula. Este títular se publica el domingo y el redactor aclara en el segundo párrafo teníamos la noticia desde las nueve de la noche del viernes, pero no nos fue dable hacerla pública. Nos decía "Febus" (una agencia) con la prudencia que le distingue, que había acaecido el levantamiento en una o dos de las plazas de nuestro Protectorado de Marruecos, siquiera desconociese entonces el alcance de los sucesos. Quien sin duda desconocía la proyección de la noticia era el propio redactor, ya que unos días después el mensaje difundido desde el diario cambia notablemente.

Cuenta Carlos Fernández en la obra arriba mencionada que en la madrugada del 19 de julio se incendia la iglesia de San Pedro de Mezonzo y se asalta la de Oza. En los días consecutivos se construyen barricadas junto al Gobierno Civil, ayudándose de sacos terreros y cajas de ladrillos. Se refuerzan posiciones en la Marina, el salón París (conocido posteriormente como Cine París, rótulo que aún cuelga en su fachada aunque hoy es un establecimiento comercial) y otros puntos de la ciudad. El Cuartel de la Guardia Civil, ubicado en Médico Rodríguez, junto a los almacenes El Pote, también observa movimiento desplazando tropas hacia San Andrés. Y la infantería al mando desde la plaza de Azcárraga se dirige a la Plaza de María Pita. Baterías de ametralladoras toman el Palacio Municipal, Riego de Agua y el edificio de Correos y Telégrafos.

Se declara el estado de guerra. Las ametralladoras desde la Ciudad Vieja disparan hacia el Náutico. Se cachea a los huéspedes del hotel Europa y se detiene al gobernador Pérez Carballo y al alcalde Suárez Ferrín. El edificio del Banco Pastor en los Cantones, será uno de los inmuebles más batidos durante esos días.

Si quieres leer la segunda parte pincha aquí

sábado, 18 de febrero de 2017

El día que Guadarrama fue liberada

Ya habíamos comentado en el post El peor día de la guerra civil española que, según las memorias de mi abuelo, que inspiran este blog y la novela del mismo nombre, el 30 de julio de 1936 la actividad en el frente de Guadarrama se intensificó de tal modo que es calificado como el "peor día" de la guerra. De hecho, este militar que vivió después durante años la actividad en la zona sur de Madrid, en la batalla del Jarama, Pinto y Brunete, dice que nunca vivió una lucha tan encarnizada como la que hubo en aquellos inicios de la guerra en este frente. 

Posiciones nacionales y republicanas en  1936
Casilla que fue hospital de sangre en 1936
La batalla de Guadarrama en la prensa gallega de la época
Pues bien, recientemente, tuve oportunidad de revisar la prensa coruñesa de la época, concretamente el diario La Voz de Galicia, y algunas publicaciones sobre la guerra civil como "El Alzamiento de 1936 en Galicia", escrito por Carlos Fernández y publicado por Edicións do Castro en 1982. Mi sorpresa fue que soldados coruñeses participaron en la toma de Guadarrama. 

Por las memorias de mi abuelo sabía que un batallón de Pontevedra estaba ocupando el Alto del León en los últimos días de julio de 1936. Pero hasta día de hoy no he encontrado vestigio escrito de esos movimientos de tropas desde Galicia, seguiré investigando. Sin embargo, el 31 de julio, La Voz de Galicia publicaba que el coche de la escolta del presidente del Consejo había sido apresado en Guadarrama. Realmente lo único que se capturó fue el vehículo, un hispano, requisado para conducir combatientes al frente. 

Al día siguiente, el mismo periódico recoge que las tropas avanzaron en el frente de Guadarrama, citando como fuente Radio Burgos, en zona nacional. Concretamente, se narra que las tropas del general Puente y Manso de Zúñiga, desde el Alto del León, realizaron un "arriesgado avance" apoderándose de 15 ametralladoras, un mortero y gran cantidad de pistolas y fusiles del enemigo huído. El balance fue de 40 muertos y 30 prisioneros. La crónica se publica el 1 de agosto, pero debemos entender, dadas las comunicaciones de la época, que el periódico se escribió el día anterior o incluso un par de días antes, lo cual nos lleva al fatídico 30 de julio que mi abuelo relata en sus memorias como un día confusión total en Guadarrama. 


Ocupación de Guadarrama por los nacionales
Las noticias siguen llegando y el 2 de agosto La Voz de Galicia publica que a las 12.30 de la mañana se ocupó el pueblo de Guadarrama, lo cual pudo ocurrir entre el día 31 de julio y el 1 de agosto. Según publica el Ayuntamiento de Guadarrama en "Tras las huellas de la Guerra", el día 3 y 4 de agosto se produce una contraofensiva republicana que no prosperó y los combates siguieron a lo largo de toda la contienda. 

Los comunicados emitidos desde el frente hablan de dos cabos coruñeses al frente de un grupo de legionarios que entraron "heroicamente a la bayoneta" y resultaron ascendidos a sargentos en el mismo campo de batalla. El siguiente comunicado recogido, de las 21:30 horas, habla de una "población que recibe con entusiasmo al Ejército, evidenciando que estaba sojuzgada y ansiaba ser liberada". 

La aviación fue pieza clave en esta toma, y el Espinar es escenario donde se derrota, según la misma crónica, al "enemigo" que deja a su paso camiones y artillería inutilizada. Concretamente el capitán de Artillería Perpener envió fuerzas al Espinar donde se obtuvieron del enemigo 11 camiones y la bandera del batallón de Zapadores. Se habla de 5 muertos entre las filas enemigas, además de algunos prisioneros y fugados.


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martes, 8 de noviembre de 2016

Las baterías de costa abandonadas en Galicia

En algún momento bastante reciente el tiempo se detuvo en estas instalaciones militares que hoy yacen vandalizadas por toda la costa noroeste. Las hemos visto en Cabo Sillero (Baiona), en el cerro de Santa Catalina (Gijón) o en distintos lugares de la ría de Ferrol. Pasadizos, castillos y fortalezas, antiguos barracones de cemento y hormigón. En algún momento de hace algo más de 30 años muchos de estos recintos abrieron sus barreras y quedaron al amparo de los curiosos. 

 Hace solo unos días visitábamos la batería de Punta Segaño, en Ferrol, con su fecha grabada en la fachada de uno de los edificios: 1901. Ese principio de siglo que terminaría por ser tan convulso en nuestro país a causa de la guerra civil. Lo cierto es que siendo niña, recuerdo haber visto soldados en las garitas de vigilancia de Santa Catalina de Montefaro o el Castillo de la Palma, quizá lo soñé pero en los años 80 esos viejos edificios estaban llenos de vida. 

En Punta Segaño las primeras edificaciones son del siglo XVIII. Es un lugar estratégico a 30 metros sobre el mar, que domina tanto la ría de Ferrol como la Pontedeume-Ares. Hay pasadizos bajo tierra para llegar a los puntos donde estaban los cañones. Muchos de ellos son difíciles de explorar sin una linterna. 

En Cabo Prior está también otra base militar en la que el tiempo ha ido llenando de vegetación las antiguas cocinas, las habitaciones y las salas comunes, todas con sus chimeneas. Pero también en el Castillo de la Palma (Mugardos), el de San Felipe (Ferrol), Seixo Branco (Oleiros) o el Monte de San Pedro (A Coruña) puedes sentir el aliento de los militares allí destinados. Restos de armamento, algunas pintadas y mucho escombro que alguna vez estuvo lleno de vida. 

El ambiente bélico de la guerra civil y las guerras mundiales propiciaron la rehabilitación o construcción de estos puntos estratégicos para defender el territorio nacional. También los búnkeres que se están empezando a habilitar en diferentes ciudades españolas como Santander, o los que se pueden recorrer en Berlín o Budapest. Quizá uno se pregunta por qué estos lugares no se señalizan también con paneles recogiendo su historia, o se promocionan como reclamo turístico para los que de algún modo seguimos interesados en aprender de nuestra historia.

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domingo, 2 de octubre de 2016

El curioso significado de estraperlo y la II República

Uno de los placeres veraniegos favoritos de cualquiera al que le guste leer es sin duda poder bucear con más calma en cualquier librería. Así fue como este verano rebuscando entre las estanterías de Vivín, en Ribadeo, me compré el libro "El Caso Strauss. El escándalo que precipitó el final de la II República", de José Carlos García Rodríguez, y así fue más o menos como aprendí el curioso significado de la palabra "estraperlo", una forma de negocio bastante habitual en los años de la posguerra civil española y durante la misma.

Resulta que en los años 20 en nuestro país estaba bastante mal visto el juego, incluso los principales medios de comunicación censuraban estas prácticas. No fue extraño por tanto que en 1922 se comenzaran a cerrar las casas en donde se llevaban a cabo diferentes tipos de juegos de envite y azar. Fue durante el gobierno de Manuel García Prieto y quien lo ejecutó fue el ministro de la Gobernación Martín de Rosales y Martel, duque de Almodóvar. Según recoge el citado libro, existían en España unas dos mil casas de juego y 70 de ellas estaban en Madrid.

En 1923, durante la dictadura militar, Primo de Rivera continuó la cruzada contra el juego llegando a cerrar casinos con mucha relevancia en el turismo y la economía, como el de San Sebastián. Será en 1934 cuando el empresario Daniel Strauss se hace cargo de dicho casino y lo remodela para su reapertura, incluyendo un juego de creación propia similar a la ruleta pero en el que, según él, interviene la habilidad. el nombre que recibe el juego, que pronto se hace bastante conocido a nivel nacional, es precisamente "Straperlo", por la mezcla de Strauss con Perlowitz, los apellidos de sus creadores.

Como fiel precursos de tejemanejes que por desgracia aún hoy nos son conocidos entre los círculos de poder y política, este empresario se va asegurando una red de colaboradores y comisionistas con el fin de que el citado juego sea permitido en los casinos. En algunos hoteles y casas de juego llega a funcionar durante un breve periodo de tiempo. Pero pronto se prohibe y ni los miembros del gobierno de la II República que se habían comprometido a echarle una mano ni otros políticos y cargos de diversa índole a los que dio dinero para conseguir su propósito lograron que el juego se legalizara. 

Imagen de la portada del libro / Escapalandia
Tras cesar en su intento, Strauss se marcha del país y se lía a escribir al mismísimo presidente del gobierno, Alejandro Lerroux, para reclamar daños y perjuicios por el dinero entregado a miembros del partido y allegados. El caso comienza a tomar cuerpo en la prensa de la época y se acaba creando una Comisión de Investigación que a su cierre corrobora algunas cuestiones pero no llega a ninguna conclusión destacable. El autor indica sin embargo que el escándalo del "straperlo" agudizó una crisis política que desembocó en la caída de la II República. 

Sin duda todos estos acontecimientos se suceden en Madrid mientras nuestros protagonistas de "La Casilla de Guadarrama" viven ese período de preguerra civil por el barrio de las letras de Madrid. Hablamos de un episodio que llegó incluso a llevar una mesa de este juego, aunque brevemente y solo como demostración privada, al hotel Ritz de Madrid. Pero también fue trasladada posteriormente al Ministerio de Gobernación, con el propósito de analizar su funcionamiento por las autoridades. 

Solo unos cuantos meses después estallaba la guerra civil española y el término estraperlo vendría a determinar el comercio ilegal de artículos prohibidos o al margen de la legalidad. Curiosamente el diccionario de la RAE recoge también el origen de este termino como "ruleta fraudulenta que se intentó implantar en España en 1935" y hace alusión al origen del término como acrónimo de sus creadores.

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