La ciudad de Venecia se pinta en un imprescindible capítulo de la novela "La Casilla de Guadarrama". Pocas ciudades podría haber más literarias que ésta, con sus canales, góndolas, puentes y estrechas calles medievales llenas de pasadizos de auténtica novela negra. Pasear por Venecia al anochecer, cuando el calor del verano ha remitido un poco, y fijarse en cada esquina, cada tienda, cada escaparate lleno de máscaras.
En Venecia nada es lo que parece, y la alegría de vivir lo inunda todo. Los enormes palacios frente al gran canal, los vaporetos atestados de turistas, o los soportales alrededor de la plaza frente a la increíble catedral de San Marcos. Los museos tristes y enigmáticos como la Fundación Peggy Guggenheim, o las repletas pizzerías en el Campo de Santa Margherita.
En este escenario, al borde del mar, tiene lugar un acontecimiento crucial para la protagonista y su fiel amigo Germán. Una vieja librería en el Campo de San Barnaba, de esas en las que te gustaría pasar el día rebuscando, y un descuido. Alguien les sigue los pasos y no precisamente para ayudar a nuestros dos buscadores de historias. Cómo lo resolverán o cuáles serán las consecuencias es algo que reservamos para nuestros lectores. ¿Te gustan las historias?
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