Seguro que en algún rincón de la casa de los abuelos, o en lugares de ambientación histórica habéis visto cómo eran los viejos baúles y maletas. A mí siempre me han llamado muchísimo la atención. De pequeña pensaba que se podrían encontrar allí viejos tesoros, porque además nunca te dejaban revolver en ellos. Crecí intrigada por lo que esconderían pero lo cierto es que hasta que pude bucear un poco en ellos, buscando la historia de mis antepasados, no valoré bien su importancia.
Los de la foto puedes verlos en Berlín, en una recreación de una vieja fábrica de maletas expuesta en el Museo de la Tecnología. Ahora que viajamos con bolsas de tela o maletas de ruedas nada queda en su interior, pero antiguamente la gente se mudaba de casa con aquellos pesados baúles llenos con sus pertenencias, y luego quedaban allí, en algún rincón de la casa familiar al alcance de curiosos y extraños.
En La Casilla de Guadarrama hablamos de estos viejos baúles y lo que puedes encontrar en ellos, como la propia historia que relata la novela. Allí quedaron las memorias escritas de mi abuelo sobre sus vivencias en los primeros días de la guerra. Y allí quedó su viejo uniforme militar y sus medallas, tristemente ganadas, tras arriesgar su vida y dejarse la salud por el camino. Aquellas memorias conducían a Guadarrama y también formaron parte del elenco de batallas que escuchamos a la generación que vivió la guerra, cuyo murmullo casi está ya apagado.
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Blog de la novela La Casilla de Guadarrama. Las memorias originales, la investigación y mucho más. Partiendo de un testimonio real hablamos aquí de las huellas de la guerra civil en las diferentes localizaciones de la novela. Pero también de otras historias de origen familiar de la época en diferentes rincones de Alicante, Sevilla, Galicia o Ribadeo con las que quizá muchos encuentren puntos en común.
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