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miércoles, 5 de abril de 2017

(II) El inicio de la Guerra Civil en A Coruña

Desde el domingo 19 de julio de 1936 y hasta el viernes 24, según se puede deducir de la lectura de las primeras líneas de este último ejemplar de La Voz de Galicia, la publicación del periódico se interrumpe. Las noticias se suceden y se precipitan, el ambiente en las calles es ya de guerra civil, y entendemos que la prensa busca respuestas en los círculos de poder pero la situación no está para hacer declaraciones, así que se dejan pasar unos días y se retoma la edición con los datos recabados. 

Soportales de María Pita / CDD
El titular admite ya la duda respecto a lo que está pasando: Un trágico episodio nacional. Breves apuntes de los trascendentes acontecimientos de cuatro días. Cómo se desarrollaron los graves sucesos de La Coruña. Y el texto comienza puntualizando que solo se contará lo más relevante y en cualquier caso en espera de declaraciones oficiales escritas. A continuación lo que leemos parece ya un párrafo dictado por alguno de los autoproclamados poderes de esos días: El Ejército y la fuerza pública se han comportado con toda lealtad con la patria, secundando un movimiento que, alejado de toda pasión política, desposeído de todo matiz partidista sin alianza con nigún otro elemento, llevase a España a días de paz (...). El lenguaje persuade para justificar el alzamiento, no sabemos si de manera forzosa o siguiendo las corrientes de poder imperantes en la realidad política gallega.

Domingos de paseo y fútbol
En A Coruña el domingo 19 de julio del 36, mientras la radio narraba el levantamiento militar en Marruecos, los coruñeses deciden no renunciar a su tradicional paseo de los días de fiesta. Los Cantones y la Calle Real pueden verse repletos de gente. Pero es más, a las cuatro y media se celebró como estaba previsto el encuentro entre el Celta de Vigo y el Deportivo de La Coruña en Riazor, con gran afluencia de público, y resultando ganador el equipo local por 2 a 1. 

Por la noche, tampoco se vio afectado el espectáculo teatral en el Rosalía de Castro de la compañía Gascó-Granada, en su función de las 19.30 horas. Aunque algunos preocupados por el ambiente y los acontencimientos acudieron en el entreacto a por sus familiares. 

Lateral del Teatro Rosalía / CDD
Primeras barricadas y ambiente de guerra
El Gobierno Civil, que entonces estaba en el edificio del teatro Rosalía, y otros como Correos y Telégrafos, amanecían el lunes 20 de julio con barricadas. Algunos obreros trabajaban y otros no, pero el comercio abrió sus puertas con normalidad a pesar de los acontecimientos, también los bancos. En torno a las doce del mediodía se escucharon sirenas de barcos de pesca que declaraban con sus tres pitidos la huelga general. El ambiente de inseguridad se apoderó de las calles y los negocios fueron cerrando sus puertas. A  las dos de la tarde ya no funcionaba el tranvía. 

La radio local anunció que iba a ser declarado el estado de guerra, y sobre las tres de la tarde comenzaron a oírse disparos. Las tropas de artillería e infantería van hasta María Pita, y allí se lee un bando de Enrique Cánovas de la Cruz, comandante militar, y se procede en las siguientes horas a batir duramente el edificio del Gobierno Civil. Un balcón y una galería quedaron destruidos, y la estación de radio local, Radio Coruña, fue ocupada y empleada para lanzar las primeras órdenes.

Control por mar y cielo
Un torpedero llegado de Ferrol atraca en la ciudad ordenando retirarse a todas las embarcaciones, al tiempo que dos hidroaviones acuden también a dar soporte militar. A las nueve de la noche del lunes 20 de julio el ejército era dueño de la situación desde Linares Rivas y la Calle Caballeros hasta la Ciudad Vieja, asegura La Voz de Galicia

Durante la noche y la madrugada siguió el ambiente bélico y la casa chalet de la Carretera del Espiño, cerca de la fábrica de Senra, perteneciente a Maximiliano Linares Rivas fue saqueada e incendiada. También la antigua iglesia de San Pedro de Mezonzo y el viejo templo de los Redentoristas, los Pacos, fueron pasto de las llamas y del destrozo de muchas de sus imágenes.