lunes, 5 de octubre de 2015

Los nacionales llegando a Guadarrama

Agosto de 1936, Guadarrama. Se confirma lo que he leído en las memorias de mi abuelo y que forman parte de la novela "La Casilla de Guadarrama". La sierra es un auténtico polvorín con continuos avances y retrocesos del bando sublevado y del ejército republicano. Un fragmento del diario de un soldado gallego recogida en el diario El Progreso recoge una interesante crónica sobre el terreno. En julio y desde el inicio de la guerra el alto del León estaba tomado por el ejército nacional. Los republicanos dominaban varias posiciones montaña abajo pero las fronteras eran difusas y variaban día a día. 

El joven soldado gallego, al parecer de un batallón de Ourense, afirma que lleva dieciocho días a poca distancia del pueblo de Guadarrama. En sus propias palabras "casi se cogía con la mano", visto desde arriba, imagino yo. Escondidos de la aviación y contando las bombas... "ya van 478, mi capitán". Al anochecer bajan hacia Tablada, llegando hasta su sanatorio con algunas bajas.

La casilla "Hospital de sangre"
En este punto aparece la casilla de peones camineros, la casilla de nuestra historia. Una confirmación más aporta esta página del periódico a lo escrito por mi abuelo. "La sección del alférez Gacio, se queda para relevar la fuerza que guarnece la casilla de peones camineros, el punto más avanzado de este sector; despedidas rápidas, votos de suerte; sigue el resto de la compañía; por fin llegamos a Tablada, relevamos los puestos que nos corresponden y descansamos un poco. (...) Hace un mes que no echábamos nuestros cuerpos sobre un mal gergón. Aquí hay abundantes colchones y mantas del sanatorio, destruido por el bombardeo de los rojos". 

El extracto confirma una vez más que aquel "hospital de sangre" del que mi abuelo pudo huir a principios de agosto estaba por delante de la batería republicana. Por eso contaba que entraban y salían arrastrándose por la cuneta, temiendo que uno u otro bando les hiciera blanco. Y por eso también curaban heridos de ambos bandos, según el día y el transcurso de aquella guerra en la que nadie sabía a ciencia cierta quién era quién.

El hospital
Después habla del sanatorio. Como ya hemos tratado en este blog, el sanatorio actual que se encuentra en estado de ruinas en la subida de Tablada no se llegó a inaugurar. Por tanto, si el soldado habla de mantas y colchones pensamos que se refiere al antiguo sanatorio Lago-Tablada, evacuado precisamente el 4 de agosto del 36. 

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